Nosotros

¿Quiénes somos?

Somos un centro de consejería que ayuda a las personas a enfrentar sus problemas personales y relacionales a través de la Palabra de Dios. Desde 1999 empezamos esta labor. Al inicio nos enfocamos solamente a ofrecer ayuda a mujeres que afrontaban la realidad de un embarazo no deseado y que estaban considerando la terrible decisión de abortar.

Sin embargo, lo que empezó con el enfoque de salvar bebés en peligro de ser abortados, y ayudar a las mujeres a afrontar la crisis producida por el embarazo no deseado, se extendió a brindar ayuda a hombres y mujeres con otras situaciones de crisis. Es así que nace nuestro “Centro de Consejería Bíblica Vida y Esperanza”, donde tenemos como meta conectar a las personas con los principios y patrones eternos que pueden ayudarlos a superar las crisis que enfrentan, y a cambiar radical y permanentemente sus vidas.

Somos conscientes de los problemas que aquejan a las personas en la actualidad y estamos capacitados para proveerles la ayuda y las respuestas que necesitan de acuerdo con la Palabra de Dios

Nuestra misión

Somos un Centro de Consejería que ofrece esperanza bíblica a personas en crisis; y que les enseña cómo aplicar principios bíblicos para la transformación de su vida emocional y espiritual.

Capacitamos consejeros

A lo largo de este tiempo, también nos hemos dedicado a entrenar consejeros competentes bajo la premisa de que la Biblia es suficiente para tratar con todos los problemas y crisis que atraviesa el ser humano.  Ofrecemos cursos especializados sobre tópicos de consejería específicos, pero además, en asociación con el Seminario Teológico Bautista de Lima, ofrecemos formación teológica con un enfoque en la consejería bíblica.

Testimonios

Aprendí a conocer a Dios, lo grande y maravilloso que es. Aprendí a perdonar, soltar cadenas de amargura y odio. Dios restaura corazones heridos, quebrantados, rotos y los llena de paz y mucho amor

Aida

Yo pensaba que nadie me amaba. Me sentía impura, mala, lleno de defectos. Hoy puedo despertar más tranquila cada mañana y decir “gracias, Dios, me limpiaste”. Mi vida es diferente. Estoy sanando poco a poco. Estoy ayudando a otras personas. Por fin puedo decir que ahora tengo un propósito para vivir. 

Cindy

Llegué de casualidad por la gracia de Dios. Podría decir que el curso de Autoconfrontación es espectacular. De ser una persona incrédula, ahora sé que existe Alguien que está día a día con nosotros.  Lo considero un curso completo, de gran ayuda personal y espiritual.

Miriam

Ministerios afiliados